La adicción a la heroína es una de las enfermedades de la dependencia más antiguas.
El siglo XXI ha traído muchos cambios. Junto con el progreso de tecnología y técnica, han aparecido los lados negativos, ante todo, en sentido económico y social. Lamentablemente, las malas relaciones que existen en entorno social se han transmitido a la familia.
La mala situación se profundiza por la aparición de las nuevas, drogas sintéticas, más baratas y por lo tanto más accesibles, especialmente a las generaciones jóvenes. La actitud de que existe una diferencia entre las drogas y blandas, promovida por algunos medios de comunicación, también contribuye a aumentar el consumo de sustancias psicoactivas. Entre ellas, sigue en el primer puesto la adicción a la heroína. Su uso activo se encuentra tanto en los jóvenes de dieciséis años como en las personas de negocios, políticos y otras personas exitosas.
Que la heroína es no solo la más extendida, sino la droga más peligrosa, nos confirman los datos de estadística. Del número total de las personas hospitalizadas por problemas de adicción, un 40% tiene problemas con la heroína, mientras que un 25% de estos casos tiene resultados mortales.
La adicción a la heroína es conocida desde la antigüedad
Los sumerios empezaron a cultivar amapola ya en el año 4500 a.C. Los escritos en las tablillas de arcilla, encontrados en los sitios arqueológicos, ofrecen un testimonio de ello. En Mesopotamia y Egipto la amapola se utilizaba para producir opio, considerado como beneficioso. Incluso el médico griego Hipócrates prescribía este narcótico a sus pacientes como un medicamento.
El uso oficial de la heroína empezó en el siglo XIX. Gracias al químico inglés C. R. Alder Wright, en 1874 fue sintetizada una sustancia polvorosa nueva. Unas 2 décadas después, Felix Hoffmann, para usos de la casa farmacéutica Bayer, la introdujo como sustitución de morfina. Se utilizaba para tratar el dolor, pero también para la tos y el resfriado.
A principios del siglo XX fue descubierta la adicción a la heroína, así que Bayer retiró su “medicamento“. Sin embargo, el hecho de que fue incluida entre las sustancias ilegales no produjo decrecimiento de su consumo.
La adicción a la heroína se desarrolla muy rápido
El consumo de drogas deja consecuencias en la salud psicológica y física. Sin embargo, la adicción a la heroína se considera como la más dura, porque la heroína no se encuentra en el mercado en estado puro. Normalmente es mezclada con azúcar y leche empolvada, almidón y paracetamol. Pero con frecuencia se mezcla con veneno para ratas y detergentes, lo que la hace más peligrosa. Dado que cada dosis nueva trae consigo una incertidumbre sobre su contenido, la heroína es llamada la “droga de la muerte“ con toda razón.
Asimismo, se trata de un narcótico que crea la adicción de manera más rápida. En promedio, se desarrolla en solo 3 semanas de consumo regular.
La rapidez de sus efectos depende de la forma de consumo. Esnifar produce efectos en tan solo 4 minutos. Utilizada por vía intravenosa produce efectos inmediatos. Independientemente de la manera de consumir, el efecto es siempre igual.
La primera fase se caracteriza por euforia y sensación de felicidad, seguidos por picor y rojez en la piel, a veces también por náusea y vómitos. Los sustituyen la somnolencia con respiración y ritmo cardiaco lentos. En esta fase las funciones mentales son debilitadas, porque la heroína afecta directamente el sistema nervioso. Muy pronto la persona se queda dormida y luego despierta cansada, con miedos y deseos de tomar una dosis nueva.
La adicción afecta la salud en general
El consumo de la heroína produce estreñimiento, pérdida de apetito y peso corporal. Aparece una falta completa de interés en la vida cotidiana, y con ella la depresión.
En los hombres con frecuencia ocurren esterilidad e impotencia, mientras que en las mujeres produce trastornos del ciclo menstrual.
La adicción crónica a la heroína afecta el sistema digestivo. Luego aparecen los problemas de hígado, páncreas, riñones y pulmón. Los daños son visibles en la piel, pelo y dientes, así como en la mucosa nasal en las personas que consumen la heroína esnifando. El uso intravenoso aumenta el riesgo de infecciones por virus, como la hepatitis B y C y SIDA.
La heroína también afecta el cerebro, disminuyendo las funciones cognitivas, concentración y memoria. Como consecuencia, pueden aparecer los ataques epilépticos.
Teniendo en cuenta la gravedad del problema, es necesario llevar a cabo un tratamiento de la adicción a la heroína. En la clínica VIP Vorobjev se lleva a cabo un programa complejo, diseñado de forma individual para cada uno de los pacientes.
En la primera fase de la hospitalización se lleva a cabo un examen diagnóstico completo. El examen incluye el análisis toxicológico de sangre y orina, así como unas pruebas psicológicas y análisis de la personalidad. En base al diagnóstico se determina el mejor método de limpiar el cuerpo de los narcóticos – la desintoxicación ultra rápida (DURO), terapia Neuro jet (N.E.T.), farmacoterapia, terapia transair.
Cada uno de los métodos mencionados es completamente seguro, es una desintoxicación indolora. Esto significa que no hay síntomas de abstinencia, es dedir, el paciente no siente dolor, temblor, tremor, náuseas…
Precisamente estos métodos contemporáneos de tratamiento de adicciones separan a la clínica VIP Vorobjev de otros centros de rehabilitación.
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