El uso de las drogas, el alcohol y los medicamentos psicoactivos a largo plazo y en grandes dosis produce unos efectos devastadores en el sistema nervioso central. La alteración de los procesos biológicos básicos, tales como la circulación de oxígeno y el flujo de sangre al cerebro, es muy común.
Durante el efecto de drogas el adicto tiene una sensación general de felicidad, pero es incapaz de tomar cualquier decisión (llega a ser desmoralizado, no puede terminar lo que ha empezado). El apetito, el sueño, la función sexual y el equilibrio hormonal también están alterados. La concentración reducida y el sufrimiento, la falta de orientación en el tiempo y el espacio, la imposibilidad de adaptarse al entorno, la pérdida de memoria, el pensamiento lento y el cansancio mental rápido, la disminución de interés presentan unas consecuencias habituales.
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